Prueba: Toyota Corolla Cross XEI 2.0

Combina el nivel de equipamiento intermedio con el motor naftero de 170 caballos y la caja automática continuamente variable. Qué ofrece y cómo funciona.

Texto y fotos: Gastón Vanini.

Presente en Argentina desde hace casi un año, el Toyota Corolla Cross es la propuesta SUV de la familia Corolla (ver más). Comparte con el sedán la plataforma GA-C (TNGA) y otras características como el equipamiento y la mecánica.

Producido en Brasil y ubicado en el segmento C (debajo del RAV4 japonés), posee una gama compuesta por las versiones con los niveles de equipamiento XLI, XEI y SEG, y con las motorizaciones naftera 2.0 e híbrida. Para la primera prueba del SUV nos subimos a la XEI 2.0, con equipamiento intermedio y motor naftero.

Con personalidad propia, el SUV cuenta con un sector frontal en el que se destaca la generosa parrilla que, en la versión XEI, es de color negro brillante. Se combina con las ópticas con estilo interesante y luces LED -con buen funcionamiento- y el paragolpes que incluye el color de la carrocería con la gran superficie con plásticos negros, ideal para que los toques de estacionamiento no hagan tanto daño.

En el diseño de los laterales sobresalen las molduras de los guardabarros delanteros y traseros, que también contienen plásticos oscuros, como los apliques ubicados en los parantes traseros. A eso se suman las llantas de aleación de 17 pulgadas con un agradable color gris y combinadas con los neumáticos para ruta 215/60, una medida lógica.

El sector trasero ofrece un conjunto interesante con un spoiler ubicado junto a la luneta, ópticas dobles y paragolpes con el predominio del plástico negro. Además, tiene el nombre del modelo en el centro del portón y el emblema de la versión en el lado derecho.

En comparación con el Corolla, también se destaca la el despeje del suelo. Y las dimensiones incluyen 4,46 metros de largo (el Corolla tiene 4,63 m), 1,82 de ancho (1,78), 1,62 de altura (1,43) y 2,64 de distancia entre ejes (2,70).

Comparte la mayor parte del diseño con el Corolla. Con una calidad general adecuada, incluye plásticos rígidos (el sedán tiene blandos), un sector más suave y una línea horizontal que recorre la pieza hasta culminar en la salida de aire lateral. Se diferencia del sedán por la forma inferior de la consola central, donde hay una entrada USB.

El tablero de instrumentos, por su parte, es compartido con la versión XLI (la SEG posee otro con mayor presencia digital). Incluye un velocímetro central junto con un cuentavueltas más pequeño, pero con buena legibilidad. A eso se suma la pequeña pantalla vertical, con colores y mucha información para la computadora de a bordo.

Elevada y al alcance del conductor, la pantalla central está acompañada por los comandos físicos, ideales para evitar mayores distracciones durante el manejo. El sistema multimedia ofrece conexiones con los teléfonos a través de Android Auto y Apple CarPlay, navegador satelital y TV digital, que permite ver algunos canales cuando el auto está detenido (cuando arranca, desaparece la imagen y sólo se escuha el sonido).

El SUV también ofrece una muy buena posición de manejo gracias a la butaca cómoda -con tapizado de tela y regulación de altura- y a los ajustes de altura y profundidad del volante, con buen tacto y comandos integrados. A eso se suma la excelente insonorización, fundamental para un viaje confortable.

En las plazas traseras, el Corolla Cross tiene buen espacio para las piernas y la cabeza de dos adultos, además de un asiento cómodo que se puede reclinar. En la consola central hay salidas de aire y doble entrada USB.

El baúl cuenta con 440 litros, un volumen adecuado. Debajo del piso está la rueda de auxilio, más pequeña que las otras cuatro y temporal. No es lo ideal para Argentina.

Atractivo para una versión intermedia, el equipamiento cuenta con climatizador automático, digital y con dos zonas, volante multifunción con cuero, levas de caja y buen tacto, encendido automático de luces, espejo interior automático, control de velocidad crucero, techo solar eléctrico y sistema multimedia con conectividad con Android Auto y Apple CarPlay, TV digital y navegador satelital.

Más equipamiento, en la ficha de abajo.

La versión XEI incluye frenos con ABS y distribución electrónica (EBD), controles de estabilidad y de tracción, siete airbags (frontales, laterales, de cortina y para las rodillas del conductor), cámara de estacionamiento trasera y luces LED diurnas, altas, bajas y antiniebla delanteras y traseras.

Posee un buen nivel de seguridad, aunque carece de las asistencias a la conducción presentes en la SEG: frenado automático, control de velocidad crucero adaptativo, asistencia para mantenimiento de carril y de tránsito posterior. Y debería contar con los sensores de estacionamiento delanteros y traseros, también presentes en la “full”.

El SUV aún no fue probado por Latin NCAP. Sin embargo, el Corolla sedán, con el que comparte muchas características, obtuvo cinco estrellas, la máxima calificación de seguridad. Un buen augurio.

Más información, en la ficha de abajo.

Como el Corolla, posee el motor naftero Dynamic Force 2.0 Dual VVT-i con inyección mixta (directa e indirecta), doble distribución variable (en admisión y escape) y cadena de distribución, que entrega 170 caballos de potencia a 6.600 rpm y 200 Nm de torque cuando trabaja entre 4.400 y 4.800 revoluciones.

La única opción de caja para el 2.0 es la automática Direct Shift CVT, que está compuesta por un sistema continuamente variable, un engranaje mecánico para iniciar la marca a bajas velocidades y diez velocidades preprogramadas. La tracción, por su parte, tiene presencia en las ruedas delanteras.

La ficha técnica además cuenta con dirección con asistencia eléctrica progresiva, suspensiones delantera independiente y trasera con barra de torsión, otra pérdida respecto al sedán, que tiene un esquema independiente. Los frenos, por su parte, tiene discos ventilados delanteros y discos sólidos traseros.

El conjunto del motor 2.0 y la caja automática CVT sobresale por su eficiencia, suavidad y empuje con agradables sensaciones de aceleración gracias a la combinación del engranaje mecánico para el arranque en bajas velocidades, y el sistema continuamente variable, con velocidades simuladas que ofrecen cambios marcados durante la aceleración, un funcionamiento similar a las otras cajas automáticas. A eso se suma la función manual a través del selector o las levas en el volante y el modo “Power”, con aceleraciones más enérgicas para lograr una conducción más ágil.

Las prestaciones son destacadas, con una prueba de 0 a 100 km/h resuelta en 9,4 segundos y un 0 a 400 en 17,7 s. Además, los consumos muestran cifras contenidas: 10,1 l/100 km en ciudad, 5,6 a 100 km/h y 7,4 a 130 km/h. Si el tanque fuera más grande (tiene 47 litros), lograría una interesante autonomía.

La dirección es liviana y precisa, mientras que el pedal de frenos ofrece un excelente tacto. Ambos contribuyen al placer durante la conducción diaria. También colabora la suspensión, con un agradable confort de marcha en la ciudad y buena tenida en ruta.

Los frenos, por su parte, lo detuvieron de 100 km/h a cero en 39 metros, una distancia adecuada.

La gama del Toyota Corolla Cross comienza con la versión XLI 2.0, que cuesta 4.634.000 pesos, mientras que la XEI probada cotiza a 5.449.000, un valor interesante que permite un buen posicionamiento en el segmento. En la cima de la gama naftera está la SEG (6.160.000) y las opciones híbridas son las XEI (5.647.000) y SEG (6.472.000). En breve, el modelo sumará la nueva versión deportiva GR-Sport (ver más). La garantía, por su parte, es tranferible y cubre 5 años o 150.000 kilómetros, una de las mejores del mercado.

Entre sus rivales están los Chevrolet Equinox, Citroën C5 Aircross, Ford Kuga, Honda CR-V, Jeep Compass, Kia Sportage, Peugeot 3008 y Volkswagen Taos.