Probamos la versión más cara y equipada de la pick up compacta, con una unidad que suma accesorios originales. Cómo anda y cuánto cuesta.
Texto y fotos de Gastón Vanini.
Disponible en Argentina desde 2023 (lanzamiento), la Chevrolet Montana es una pick up compacta desarrollada en la región y producida por General Motors en Brasil.
Es un modelo considerado como la “pick up de la Tracker”; porque comparte con el SUV diversas características, incluyendo la plataforma (con estructura monocasco), la mecánica y el equipamiento. Sin embargo, tiene diversas características exclusivas, entre ellas una identidad propia para el diseño exterior e interior.
La Montana posee actualmente las versiones LT (conocer), LTZ, RS (ver) y Premier; esta última es la que probamos. Te contamos cómo anda, qué incluye y cuánto cuesta.
El exterior de la Montana
Como dijimos, la Montana tiene un diseño propio que incluye un agradable sector frontal con un doble conjunto de ópticas (con buena iluminación LED), estilo ya presente en otros modelos de la marca (no en Argentina). Sin embargo, y subjetivamente, el gran atractivo está en la silueta lateral, que incluye una línea de caja de carga alta que aporta sensación de solidez. Y también en la zona trasera gracias al interesante conjunto integrado por las ópticas y el aplique horizontal que las une a través del portón, que posee accionamiento convencional (hacia abajo) y con alivio de peso en descenso; es liviano y tiene traba centralizada.
La unidad de pruebas cuenta con varios accesorios originales, incluyendo las llantas de aleación con 17 pulgadas y dos colores (más atractivas que las oscuras de serie), estribos laterales, letras de la marca cromadas en el portón, protectores de zócalos y funda de llave de silicona.
Entre las dimensiones, la pick up del moño tiene 4,72 metros de largo (similar a la Renault Oroch y más pequeña que la Fiat Toro), además de 1,88 m de ancho (unos 2,10 m con espejos), 1,66 m de altura (incluyendo las barras de techo) y 2,80 m de distancia entre ejes.
Qué ofrece el interior
En el habitáculo de la Montana hay plásticos rígidos y con una buena calidad para el segmento. Se combina con un diseño diferente -en comparación con la Tracker- para el panel de a bordo, que contiene un aplique frontal blando (suma calidad) y una pantalla multimedia de 8 pulgadas rápida y con imágenes de buena calidad, acompañada por los valorados comandos físicos. Está integrada al tablero de instrumentos mixto, con velocímetro y cuentavueltas con agujas -bien legibles- y una pantalla central con mucha información, pero que podría ser algo más grande y agraciada. En la consola central se destaca el climatizador automático -con comandos de buena calidad– y el cargador inalámbrico de teléfono.
La posición de manejo adecuada se encuentra fácilmente gracias a la doble regulación del agradable volante, con cuero y multifunción, y al ajuste de altura de la butaca, cómoda y con correcta sujeción lateral.
Las plazas traseras tienen poco espacio para las piernas y en ancho, pero brinda lugar de sobra para la cabeza. A eso se suma el asiento cómodo pero con respaldo muy inclinado y los dos puertos USB y la toma de 12V para cargar dispositivos.
Por su parte, la insonorización es adecuada y la visibilidad es buena hacia adelante y los costados (se destaca el tamaño de los espejos exteriores), pero la barra que protege la luneta tapa la visión trasera.
También es para destacar el trabajo realizado en la caja de carga. Cuando tiene lona (no es el caso de la unidad probada), Chevrolet promete la mejor protección contra el agua del segmento. En su lugar, la Montana de las imágenes posee un accesorio original muy interesante: una tapa rígida y eléctrica que permite cubrir y descubrir ese sector con un control remoto; muy práctico. Se combina con un cobertor, iluminación y ganchos de sujeción, a los que suman otros otros accesorios como la bandeja (para organizar la carga) y la alfombra. El volumen es de 874 litros, mientras que la capacidad de carga brinda 585 kilogramos (600 kg en la LTZ).
Equipamiento y seguridad
La versión evaluada es la más equipada de la gama y tiene todo lo necesario. Además de lo mencionado anteriormente, incluye control de velocidad crucero, limitador de velocidad, computadora de a bordo, levantavidrios eléctricos con un toque, acceso manos libres, encendido con botón, agradable, tapizado de cuero, apoyabrazos delantero, seis parlantes, wifi, Onstar, encendido a través de la aplicación “My Chevrolet”, encendido automático de luces y sistema multimedia MyLink 3 con conectividad inalámbrica a través de Android Auto y Apple CarPlay.
La seguridad, por su parte, está cubierta con controles de estabilidad y tracción, seis airbags (frontales, laterales y de cortina), asistencia de arranque en pendiente, Isofix, cámara trasera, sensores de estacionamiento laterales y traseros, alerta de frenado de emergencia, indicador de punto ciego y monitoreo de presión neumáticos. Se nota la ausencia de asistencias a la conducción como alerta de colisión frontal y frenado automático de emergencia, ambos disponibles en la Tracker.
La seguridad de la Montana fue probada por Latin NCAP, que le otorgó una calificación de tres estrellas (de un total de cinco posibles). Demostró tener una estructura de la carrocería “ estable y capaz de soportar mayores cargas” (ver el informe completo).
Mecánica y comportamiento
Como expresé anteriormente, la Montana comparte la mecánica con la Tracker, lo que le garantiza un buen funcionamiento. El motor es el naftero 1.2 turbo con tres cilindros, 12 válvulas, inyección multipunto y correa de distribución bañada en aceite. Con un sonido agradable y característico, 132 caballos de potencia a 5.500 rpm y 190 Nm de torque cuando trabaja entre 2.000 y 4.500 rpm, se combina con la caja automática con convertidor de par, seis velocidades y modo “Lock”, con botones para hacer cambios manuales y bloquear el paso automático de los mismos. Toda la gama tiene tracción delantera.
El motor y la caja se llevan muy bien para lograr la satisfacción del conductor, que dispone de reacciones ágiles para la ciudad y la ruta y cambios de marchas suaves y bastante veloces. Un conjunto que brinda una agradable conducción relajada y buenas prestaciones ante las exigencias: acelera de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos, un número destacado para sus características.
La Montana consume escasos 5,8 l/100 km en ruta a 100 km/h (el tablero indica 104 km/h y 2.100 rpm) y 8 l/100 km a 130 km/h. Sin embargo, el gasto en ciudad es algo elevado con 11 l/100 km. Y el tanque de combustible es pequeño (44 litros), lo que limita la autonomía.
El manejo agradable también es aportado por la dirección con asistencia eléctrica progresiva: es muy liviana a bajas velocidades y brinda un adecuado diámetro de giro.
La suspensión, que incluye el sistema trasero semiindependiente con eje de torsión y doble tope de rigidez variable, se destaca por su equilibrio dinámico. Por un lado, brinda un buen confort de marcha, sin golpes y con una marcada robustez en terrenos desparejos. Por otro lado, ofrece un excelente comportamiento rutero, incluyendo un paso por las curvas bien apoyada, con inclinaciones leves y por la trayectoria que le indica el conductor. Genera seguridad.
Con discos ventilados delanteros y tambores traseros, los frenos detienen los más de 1.300 kilogramos en una distancia de unos 39 metros, lo que indica la eficiencia del sistema.
Precios, garantía y rivales
En marzo, la Chevrolet Montana Premier que probamos tiene un precio sugerido de 35.628.900 pesos. La gama comienza con la versión LT ($29.099.900) y también incluye las LTZ ($31.060.900) y RS ($31.916.900). Por su parte, la garantía es de 3 años o 100.000 kilómetros. En el segmento de las pick ups compactas hay modelos para todos los gustos: la más parecida -por tamaño- a la Montana es la Renault Oroch, pero también hay otras (más grandes y potentes) como las Fiat Toro, Ford Maverick y Ram Rampage.
Ficha técnica y equipamiento