Virtudes y defectos de la versión que combina el atractivo diseño con una configuración exclusiva, con estilo deportivo.
Texto y fotos: Gastón Vanini.
Luego de probar el Sentra Exclusive (leer), me subí a la versión SR, la propuesta con estilo deportivo del sedán del segmento C producido en México, que además posee las versiones Advance, las más accesibles de la gama (leer).
Con una notable evolución respecto a la generación anterior, el modelo de la marca japonesa ostenta una modernidad que lo convirtió en un producto mucho más atractivo. Y la versión SR es una alternativa interesante por su combinación de diseño, equipamiento y comportamiento.
El Sentra es uno de los autos más lindos del mercado actual; opinión personal. Al igual que el Versa y otros sedanes de Nissan como el Maxima (desconocido en el mercado local), los diseñadores lograron un destacado conjunto estético que combina elegancia y carácter deportivo.
La carrocería cuenta con líneas suaves y otras rectas y un sector frontal con el protagonismo de la parrilla con forma de “V” y las ópticas delgadas y con luces LED. La silueta es aerodinámica y el tercer volumen del “cuerpo” está muy bien integrado a través de un estilo fastback o cupé. También se destaca la propuesta del parante trasero, un sello de la marca.
La configuración exclusiva del SR incluye la presencia de atractivas llantas de aleación con cinco rayos dobles, dos colores y 18 pulgadas, acompañadas por los neumáticos con medida 205/45, un perfil demasiado bajo para las calles y rutas argentinas (el Advance tiene llantas de 16” y el Exclusive posee de 17”).
También posee apliques en los zócalos y una zona trasera con un sutil spoiler en la tapa del baúl, paragolpes específico y salida de escape cromada. Estilo deportivo, pero sin exageraciones.
Como el Exclusive, la carrocería está pintada con dos colores: uno de ellos es el negro para el techo, los parantes y los espejos; en la unidad de pruebas, el otro tono es el Naranja metálico, un imán para las miradas que resalta aún más el logrado diseño.
Las dimensiones incluyen 4,64 metros de largo, 1,81 de ancho, 1,46 de altura y 2,71 de distancia entre ejes.
El diseño atractivo se extiende al interior, donde cuenta con una muy buena calidad general, incluyendo piezas blandas para los paneles de las puertas y el panel de a bordo, que posee salidas de aire circulares -con estilo de turbina- y cuero sintético con costuras naranjas, propuesta que se expande al volante, los asientos (los respaldos también tienen un aplique con el llamativo tono) y la elevada consola central, muy cómoda junto con el apoyabrazos, que esconde un generoso espacio para guardar objetos.
Con un diseño típico de Nissan, el tablero contiene instrumentos de aguja grandes y muy legibles junto con una generosa pantalla central -de 7”- con colores y mucha información. En la zona central hay una pantalla táctil rápida y con 8 pulgadas. Y más abajo está el climatizador automático con dos zonas y teclas físicas y grandes; como nos gustan. Una rareza: el freno de estacionamiento con pedal.
La insonorización y la posición de manejo invitan a viajar. Con regulaciones eléctricas (incluida la lumbar, pero sin memoria) y calefacción, la butaca es cómoda, ofrece buena sujeción lateral y baja muchísimo, mientras que el volante multifunción debería bajar más para acompañar al asiento, pero brinda un agarre excelente y tiene un tamaño ideal junto con la base plana; otro guiño deportivo.
La caída del techo obliga a ser cuidadosos durante el acceso y la salida de las plazas traseras, donde el asiento es cómodo, incluso en la quinta plaza. Hay un buen lugar para las piernas y un espacio justo para la cabeza.
La visibilidad hacia atrás es limitada, pero el práctico sistema de visión periférica 360°, con cuatro cámaras (delantera, laterales en los espejos y trasera) y detección de objetos en movimiento, mejora mucho la seguridad.
El baúl, por su parte, posee una capacidad adecuada, de 466 litros. Debajo de su piso está la rueda de auxilio temporal y fina, las que no nos gustan.
El Sentra SR es la segunda versión más equipada de la gama local después de la Exclusive. Además de lo mencionado en el rubro anterior, incluye llave inteligente, botón de encendido y apagado de motor, control de velocidad crucero, espejos calefaccionados, sistema audio Bose con ocho altavoces (con buen sonido), techo solar panorámico y sistema multimedia con Android Auto, Apple CarPlay, reconocimiento de voz y navegador satelital.
Se extraña el sistema de un toque para todas las ventanillas (sólo el conductor lo tiene) y el cierre centralizado en movimiento. Además, tiene otros faltantes presentes en el Exclusive: volante con calefacción, espejos rebatibles eléctricamente y encendido remoto de motor.
Más equipamiento, en la ficha de abajo.
También sobresaliente, aunque no tan abundante como en el Exclusive, la dotación de seguridad incluye frenos con ABS, distribución electrónica (EBD) y asistencia de frenado (BA), controles de estabilidad y tracción, seis airbags (frontales, laterales y de cortina), asistencia de arranque en pendiente, luces LED delanteras (con excelente iluminación), antiniebla y de frenos traseras, sensores de estacionamiento delantero y trasero, detección de presión de neumáticos y anclajes Isofix.
Siempre valoro la presencia de las asistencias a la conducción. El Sentra tiene frenado automático de emergencia con detección de peatones, mantenimiento de carril, luces altas automáticas y alertas de colisión frontal, cambio de carril, punto ciego, tránsito cruzado y conductor. Sólo le falta el control de velocidad crucero adaptativo, reservado sólo para la versión tope de gama.
Toda la gama para el mercado local posee el motor naftero 2.0 atmosférico con cuatro cilindros, 16 válvulas, distribución variable, inyección directa de combustible y cadena de distribución. Genera 147 caballos de potencia a 6.000 rpm y 197 Nm de torque a 4.000 rpm.
Pese a la propuesta con look deportivo, la única opción de caja del SR es la caja automática CVT, continuamente variable y con función manual con ocho velocidades simuladas que se activan desde las levas del volante.
La dirección cuenta con asistencia eléctrica, la suspensión es independiente en las cuatro ruedas (incluido el esquema multibrazo trasero) y los frenos tienen discos delanteros y traseros.
La asistencia de la dirección, con un funcionamiento agradable y preciso me pareció más firme que la del Exclusive, aunque pudo haber sido sólo una sensación; el sistema brinda un y se combina con el atractivo volante.
Las suspensiones independientes en las cuatro ruedas brindan un excelente comportamiento dinámico en ruta, donde va muy firme en línea recta y resuelve las curvas con seguridad y agradables sensaciones.
En la ciudad se destaca el buen confort de marcha pese al perfil bajo de los neumáticos, que sufren los pozos y las cortadas; hay que tener cuidado. La suspensión es suave, agradable, y a la vez robusta para enfrentar a las descuidadas calles y rutas locales. A eso se suma el adecuado despeje del suelo.
El motor sobresale por su serenidad y agradable trabajo, brindando suavidad, bajo ruido y confort durante el manejo relajado. Y cuando se recurre al pedal derecho, muy sensible (algo de mi agrado), muestra ímpetu y reacciones ágiles para situaciones como los sobrepasos. Sin embargo, esta versión podría recibir mayor potencia y torque, por ejemplo, a través de un turbocompresor; sería bienvenido.
Para lograr el comportamiento ya descrito también colabora la caja automática, que brinda el funcionamiento suave característico de las CVT, pero con marcados cambios de las ocho velocidades. Además, tiene función L (baja) que brinda el frenado máximo, por ejemplo, en pendientes, junto con el modo Sport, que cambia el temperamento hacia un auto más nervioso, con aceleraciones más agresivas que se evidencian en el cuentavueltas. El modo manual -con las levas del volante- me sorprendió por la rapidez del pasaje de los cambios, mientras que el modo Eco (con una tecla ubicada en sector izquierdo del panel de a bordo) permite reducir el consumo de combustible.
Acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, una cifra interesante para su propuesta mecánica, pero sin intenciones deportivas. Además, recupera bien, con 6,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h. Los frenos, por su parte, lo detuvieron en 41,6 metros.
También se destaca por los consumos de combustible, con 5,7 l/100 km cuando viaja a 100 km/h, 7,3 l/100 km a 130 km/h y 10 l/100 km en la ciudad. Las cifras se combinan con un tanque de combustible con sólo 47 litros, lo que limita la autonomía.
El Nissan Sentra SR tiene un precio de lista sugerido de 7.164.200 pesos, el segundo más elevado de una gama que también posee las versiones Advance MT y Advance CVT, que cuestan 4.271.600 y 6.023.500 pesos respectivamente. En la cima de la familia se ubica el Exclusive CVT (7.276.100). La garantía es de 3 años o 100.000 kilómetros y algunos de sus rivales son los Chevrolet Cruze, Toyota Corolla y Volkswagen Vento.
Descargar, acá.
Aceleración 0 a 100 km/h: 9,5 segundos
Recuperación 80-120 km/h: 6,7 segundos
Frenado 100-0 km/h: 41,6 metros
Consumo en ciudad: 10 l/100 km
Consumo a 100 km/h: 5,7 l/100 km
Consumo a 130 km/h: 7,1 l/100 km