Completamente nuevo, el modelo del segmento B evoluciona en confort, seguridad y mecánica, con un eficiente motor con tres cilindros y 116 caballos. Probamos la versión más equipada.
Texto y fotos: Gastón Vanini.
Tras crear la exitosa generación de los Onix y Prisma que llegó al mercado argentino en 2013, Chevrolet pateó el tablero con el desarrollo de un modelo totalmente nuevo, conocido primero en China y luego arribado a la región, donde es producido en Brasil. Se trata de los Onix (hatchback) y Onix Plus (sedán), que proponen una notable evolución en todos los rubros en comparación con los productos precedentes, ahora ofrecidos como entrada a la gama de la marca de General Motors (informe).
El modelo del segmento B posee muchos cambios, entre ellos la nueva plataforma GEM (Global Emerging Markets). Además, la gama local (informe) cuenta con varias opciones, como la que combina la carrocería más grande, el mayor equipamiento (Premier) y el motor Turbo. Es la protagonista de la prueba de Auto en Acción.
Lo primero que llama la atención es el cambio en la estética exterior de ambas siluetas. En el caso del sedán, ofrece un conjunto interesante que combina el nuevo estilo frontal de la marca, en el que se lucen la generosa parrilla cromada y doble y las ópticas con proyectores, con un remate trasero más elegante que recuerda al Cruze nacional, ubicado en un segmento superior.
La configuración exterior también incluye las vistosas luces diurnas LED ubicadas en el paragolpes delantero, el aplique cromado en la base de las ventanillas, las atractivas llantas de aleación de aluminio con cinco rayos y 16 pulgadas (asociadas con los neumáticos (falta el modelo) con medidas 195/55) y las flamantes ópticas dobles traseras, que ganan personalidad gracias al corte en su sector inferior.
En cuanto a las dimensiones, el Onix Plus cuenta con 4,47 metros de longitud, unos 20 cm más que el Prisma, mientras que el ancho es de 1,73 y la altura de 1,47. Por su parte, la distancia entre ejes, de 2,60 m (el hatchback tiene 2,55), es unos 7 cm más grande.
Por su parte, los colores para la carrocería seis: Black Meet Kettle, Blue Seeker, Red-E or not red, Summit White, Switchblade Silver y Tiger Lily.
La renovación se extendió al habitáculo, donde ahora luce un estilo más moderno y sofisticado, con líneas suaves que suben y bajan por un panel de a bordo que además se luce con sus colores negro y marrón, también aplicados al revestimiento de las puertas y a los asientos delanteros. Además, ofrece una adecuada calidad general para el segmento a través de plásticos rígidos, mientras que el tapizado de cuero ecológico es agradable a la vista y al tacto.
Otra de las novedades es el tablero de instrumentos, ahora con velocímetro y cuentavueltas con agujas y una pantalla central con mucha información de la computadora central. Está acompañada por una pantalla táctil flotante con 7 pulgadas con respuesta rápida y el climatizador automático y digital, que ofrece un buen funcionamiento.
La posición de manejo acertada gracias a la regulación de altura de la butaca, que es firme, cómoda y sujeta bien, y al ajuste de altura y profundidad del volante, que es multifunción y tiene una base algo plana. Una mejora notable.
Las plazas traseras son cómodas gracias al diseño del asiento y el buen espacio longitudinal, mientras que la altura es justa para personas de 1,80 metros. La plaza central, por su parte, es bastante cómoda pese al asiento algo más duro y el túnel en el piso.
Al contrario del resto del vehículo, el baúl sufrió una involución: ofrece 469 litros (31 menos que el Prisma), un volumen que igualmente es muy generoso para una familia.
La insonorización de la cabina permite hablar sin problemas incluso en la ruta, mientras que la visibilidad desde el interior es correcta.
La versión Premier es la más sofisticada de la gama y tiene un equipamiento excelente. Además de todo lo mencionado anteriormente, contiene control de velocidad crucero, acceso sin llave, encendido de motor con botón, levantavidrios eléctricos con sistema de un toque en las cuatro puertas, espejos eléctricos, cierre centralizado de vidrios, encendido automático de luces y sistema multimedia MyLink con integración de teléfonos mediante Android Auto, Apple CarPlay y Bluetooth, además de incluir reproducción de MP3 y entradas USB en la zona delantera y trasera del habitáculo.
Además, el Onix sorprendió con tres sistemas bienvenidos en el segmento: cargador inalámbrico de teléfono, asistencia activa de estacionamiento (mueve automáticamente el volante) y conexión con wifi 4G, inicialmente disponible de forma gratuita y luego a través de diferentes planes.
A lo mencionado anteriormente se suma el OnStar, que brinda servicios de seguridad, emergencia, conectividad, navegación, conserjería y diagnóstico en tiempo real. Está disponible las 24 horas durante todos los días del año.
Más detalles, en la ficha para descargar (abajo).
Es otro de los rubros al que llegó la gran evolución del Onix, que ofrece ABS con distribución electrónica (EBD), controles de estabilidad y de tracción y airbags frontales, laterales delanteros y de cortina (6) en todas las versiones.
También cuenta con anclajes Isofix, asistencia de arranque en pendiente, luces antiniebla traseras, medidor de presión de neumáticos, cámara trasera, alerta de punto ciego, sensor de estacionamiento trasero y alarma antirrobo.
El modelo regional además se lució en las pruebas de choque Latin NCAP, que lo calificó con cinco estrellas (la calificación máxima) para la protección de los pasajeros adultos y niños. Asimismo, recibió el premio Advanced Award gracias a la protección para los peatones. De esta forma, el nuevo Chevrolet Onix es un auto muy seguro. Para tener en cuenta.
También evolucionada, la mecánica le dio la bienvenida a los flamantes motores nafteros Ecotec, con tres cilindros y 12 válvulas. Hay uno atmosférico con 1,2 litros para las versiones más accesibles y el 1.0 con turbocompresor destinado a la Premier, con buenas cifras para el segmento: 116 caballos de potencia a 5.500 rpm y 160 Nm de torque entre las 2.000 y 4.500 revoluciones.
El motor también posee el sistema de distribución a través de una correa dentada inmersa en aceite, lo que genera un funcionamiento más silencioso y mejora la protección del polvo y el desgaste. Con este sistema, la marca anuncia un mantenimiento cada 240.000 kilómetros, lo que suma puntos en cuanto al mantenimiento del vehículo.
La versión Premier está disponible con una caja manual con cinco marchas o con la automática, como la evaluada. Posee un sistema de convertidor de par, seis marchas y función Lock a través de botones (ubicados en el selector), que permite bloquear los cambios automáticos y hacerlos de forma manual.
A lo mencionado anteriormente se suma la dirección con asistencia eléctrica progresiva, la suspensión delantera independiente y la trasera semi independiente (con esquema de eje de torsión), mientras que los frenos incluyen discos ventilados delanteros y tambores traseros.
El motor es un antes y un después, ya que suma potencia y eficiencia cuidando también los consumos de combustible (recomiendan la nafta grado 3) y las emisiones contaminantes. Cuando regula, y como suele ocurrir con los tricilíndricos, molestan las vibraciones que invaden el interior, pero que desaparecen cuando iniciamos la marcha. Ofrece un sonido ronco muy agradable, con cierto carácter deportivo que se combina con la fuerte presencia del turbocompresor, cuya activación desde bajas rpm que permite brindar reacciones ágiles que se aprovechan en la ciudad y en la ruta, donde son aliadas para realizar sobrepasos rápidos.
La caja automática tiene una relación excelente con el motor. Realiza cambios de forma rápida y suave y permite circular a 100 km/h en el sexto cambio a sólo unas 2.200 revoluciones, algo a favor de los consumos, que se destacan: 5 l/100 km a 100 km/h, 6,9 l a 130 km/h y 9 l en la ciudad. Sin embargo, la autonomía está limitada por el tanque de combustible de sólo 44 litros.
Combinado con un peso en orden de marcha de 1.119 kilogramos, el conjunto mecánico permite acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 9,6 segundos, lo que comprueba la agilidad mencionada anteriormente.
Por su parte, la dirección es rápida, liviana a bajas velocidades y precisa en la ruta, lo que se traduce en buenas impresiones.
Con un esquema convencional trasero, las suspensiones ofrecen un acertado equilibrio dinámico entre la circulación en la ciudad y la ruta. Aunque no derrocha suavidad, es cómodo cuando se mueve entre las casas y los edificios, donde además muestra robustez y un despeje conveniente respecto del suelo. En lo veloz, se destaca la buena tenida tanto en lo derecho como en las curvas, donde es estable y muestra inclinaciones de carrocería moderadas. De esta forma, brinda seguridad y confianza, a lo que se suma el control de estabilidad.
Por su parte, los frenos mostraron muy buenas cifras, con una detención de 100 km/h a cero resuelta en apenas 38,9 metros.
La gama del nuevo Chevrolet Onix Plus arranca en los 882.900 pesos de la versión con equipamiento básico y motor 1.2 atmosférico, mientras que la Premier Turbo cotiza a 1.191.900 pesos, un precio muy conveniente que lo deja bien posicionado con algunos rivales directos como los Toyota Yaris y Volkswagen Virtus, aunque también hay algunos más accesibles como los Citroën C-Elysée y Fiat Cronos. Además, la garantía es suficiente gracias a la cobertura de 3 años o 100.000 kilómetros.
* Diseño exterior e interior
* Equipamiento de confort
* Nivel de seguridad (estructural, equipamiento y frenos)
* Motor eficiente/caja/prestaciones/consumos
* Equilibrio de suspensiones
* Sistema de correa/mantenimiento
* Vibración del motor durante el ralentí
* Rueda de auxilio temporal
* Sin luces antiniebla delanteras
* Tanque de combustible reducido
Descargar, acá.
Aceleración 0 a 100 km/h: 9,6 segundos
Velocidad máxima: s/d
Consumo urbano: 9 l/100 km
Consumo a 100 km/h: 5 l/100 km
Consumo a 130 km/h: 6,9 l/100 km
Frenada 100 km/h-0: 38,9 metros
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