Tras evaluar la opción turbodiésel, probamos la versión Freedom 1.8 AT6 4×2, única alternativa con el motor de 130 caballos. Diseño vigente, buen equilibrio dinámico y prestaciones modestas.
Texto y fotos: Gastón Vanini.
Presente en el mercado argentino desde 2016, la Fiat Toro brasileña sumó, recién a fines de 2018, la primera opción naftera de la gama en Argentina, donde algunas unidades de las versiones tuvieron problemas con el filtro de partículas. La prueba de la Freedom manual con tracción 4×2, acá.
La última novedad de la Sport Utility Pick-up (SUP) fabricada en Brasil llegó con una sola versión, la Freedom 1.8 AT6 4×2 con Pack Seguridad. No se trata de una versión básica como lo era la opción diésel probada por AeA en 2017.
Uno de los puntos fuertes de la Toro es, sin dudas, el diseño exterior, que aún no sufre el paso de los años. Luce moderna gracias a los conjuntos dobles de ópticas y parrilla, las marcadas molduras laterales, la zona vidriada ascendente hacia la parte posterior y la acertada fusión de la doble cabina con la caja de carga, aprovechando la presencia de la estructura monocasco.
Otra de las características propias del modelo de Fiat es el doble portón trasero, que permite abrir una sola hoja para cargar objetos pequeños. Práctico, liviano y con cierre eléctrico.
La presentación de la Freedom naftera incluye parrilla superior cromada, paragolpes delantero, espejos y manijas de puertas con el mismo color de la carrocería, barras de techo longitudinales y una transversal trasera (donde se aloja la tercera luz de frenos) y llantas de aleación bitono con 16 pulgadas combinadas con neumáticos Bridgestone Dueler con medida 215/65, acertada teniendo en cuenta nuestras calles y rutas.
Por el lado de dimensiones, comparte el largo (4,91 metros), el ancho (2.033 con espejos) y la distancia entre ejes (2,99) con las versiones diésel, pero posee 1,73 de altura (17 mm menos).
Los colores disponibles para la carrocería son siete: Blanco Ambiente, Blanco Polar (perlado), Gris Antique, Gris Melfi, Negro Carbón, Rojo Spirit y Rojo Tribal.
Sin cambios, el panel de a bordo continúa siendo agradable por diseño, materiales y presentación. Incluye plásticos rígidos, pero con buena calidad y encastres bien realizados, junto con un aplique de color bordó que rodea la pantalla central, que aún tiene sólo cinco pulgadas.
La Toro también sobresale por la buena posición de manejo, con regulaciones de altura y profundidad de volante y de altura para la butaca, que es cómoda, tiene lindo diseño y buena sujeción lateral. Además, está acompañada por un apoyabrazos central.
Por su parte, el tablero posee velocímetro y cuentavueltas analógicos, junto con un display central que incluye el velocímetro digital. Atractivo y bien iluminado y legible. Pero tiene bastante error de velocímetro, ya que a 100 km/h indica unos 110 km/h.
En las plazas traseras, el espacio longitudinal y vertical es bueno para dos pasajeros. La plaza central está limitada principalmente por el ancho e incluye un práctico apoyabrazos con dos espacios para llevar vasos. Además, tiene una entrada USB y otra de 12 voltios.
Como siempre, la insonorización del habitáculo es un punto destacado, mientras que la visibilidad trasera está algo limitada, aunque la pick up incluye cámara y sensor de estacionamiento traseros, lo que mejora la tarea durante las maniobras.
Como el resto de la gama, la caja de carga posee 820 litros de capacidad (todas las medidas, en la ficha técnica) y está cubierta con plástico y una lona que la cubre con efectividad. Además, la pick up puede cargar hasta 650 kilogramos, 350 menos que las versiones diésel. Debajo de la caja se encuentra la rueda de auxilio, con llanta de chapa y neumático con la misma medida.
Como ya mencionamos, no es una versión básica, ya que incluye tapizados de cuero -con agradable calidad a la vista y al tacto-, climatizador automático de dos zonas y volante multifunción, con levas y cuero, al igual que el selector de la caja.
Además, posee cierre centralizado de puertas a distancia y en movimiento, control de velocidad crucero, levantavidrios eléctricos con sistema de un toque y accionamiento global (en las cuatro puertas), espejos eléctricos y con luz de acceso, computadora de a bordo, apertura remota del tanque de combustible y sistema multimedia con pantalla táctil con colores y 5 pulgadas, navegador satelital, Bluetooth, gestión de dispositivos por comandos de voz y entradas auxiliar y doble USB.
Si nos ponemos exigentes, podríamos reclamar el encendido automático de luces y limpiaparabrisas y espejo interior automático.
Todos los detalles, en la ficha técnica (abajo).
La Toro también se luce en este rubro, en el que incluye el Pack Seguridad. Cuenta con frenos con ABS, distribución electrónica (EBD) y asistencia de emergencia (PBA), controles electrónicos de estabilidad y de tracción, airbags frontales, laterales delanteros, de cortina delanteros y traseros y para las rodillas del conductor (siete en total), Torque Transfer Control, control electrónico antivuelco, asistencia de arranque en pendiente, luces LED delanteras (diurnas), luces antiniebla, luces traseras LED, anclajes Isofix para sillas infantiles, apoyacabezas y cinturones inerciales de tres puntas en las cinco plazas y alarma volumétrica.
En marzo del año pasado, la Toro fue evaluada por Latin NCAP (con sólo dos airbags), que le otorgó una calificación de cuatro estrellas para adultos y cuatro estrellas para niños (de cinco posibles) e indicó que la estructura del habitáculo es estable. La versión probada es aún más segura gracias a las bolsas de aire extra.
Más detalles, en la ficha técnica.
Ampliamente conocido en Argentina, el motor naftero 1.8 E-Torq Evo también está presente en los Fiat Argo y Cronos (fabricado localmente) y en el Jeep Renegade. Tiene cuatro cilindros, 16 válvulas, un árbol de levas a la cabeza (con geometría variable) y cadena de distribución, lo que suma puntos a la hora del mantenimiento del vehículo. Genera 130 caballos de potencia a 6.000 rpm y 171 Nm de torque cuando trabaja a 3.750 revoluciones.
Por su parte, la caja es automática con convertidor de par, seis marchas y opción manual desde el selector y las levas del volante. Se destaca por su suavidad y rapidez para realizar los cambios, lo que varía según la dosificación del pedal del acelerador.
Por su parte, y a diferencia de las versiones diésel, la tracción está a cargo de las ruedas delanteras.
Con el mencionado conjunto, que se combina con un peso en orden de marcha de 1.660 kilogramos, la Toro Nafta es, inicialmente, un vehículo algo lento. Y así lo indican las prestaciones. Sin embargo, eso puede cambiar con una mayor aceleración inicial hasta tomar envión. Quizá con un pedal de acelerador más sensible, podría brindar una mejor sensación. Luego de varios kilómetros, el manejo es más placentero.
Si nos referimos a las prestaciones, la pick up acelera de 0 a 100 km/h en 14,8 segundos y pasa de 80 a 120 km/h (con la caja en Drive) en 11,2 segundos, cifras que indican que las prestaciones no son su fuerte. A favor, la suavidad y el bajo sonido que propone el motor.
En cuanto a los consumos de combustible (se las arregla con la nafta más barata), la Toro necesita unos 6,2 litros cada 100 km cuando circula a 100 km/h (en sexta marcha a aproximadamente 2.300 rpm), y 9,1 l/100 km cuando viaja a 130 km/h (a 3.000 rpm). En ciudad, la cifra es de unos 13 litros.
Como siempre, la SUP brasileña se destaca por su logrado equilibrio dinámico, lo que se combina con un generoso despeje respecto del suelo y una posición de manejo elevada. También sobresale por la dirección, que tiene asistencia eléctrica, es directa y muy liviana a bajas velocidades, mientras que en lo veloz se endurece para ganar precisión. Sin embargo, no se destaca en las maniobras en lugares pequeños debido a su diámetro de giro extenso.
Con suspensiones independientes tanto en la parte delantera como en el sector trasero, donde además posee resortes, ofrece un muy buen confort de marcha en ciudad, caminos desparejos y empedrados, entre otros escenarios. También se luce en lo veloz, con buena tenida en línea recta, donde propone un manejo relajado, junto con un correcto funcionamiento en las curvas, donde también muestra inclinaciones de carrocería moderadas.
A eso se le suma la conocida robustez del modelo, que encara caminos en mal estado con soltura y no sufre las imperfecciones.
En cuanto a los frenos, que tienen distribución electrónica, asistencia de emergencia, discos delanteros y tambores traseros, la detuvieron en unos 43 metros.
La Fiat Toro naftera es la opción más accesible de la gama de la pick up. Es comercializada con un precio de 954.900 pesos, mientras que la Freedom diésel cotiza a 1.300.00. Por su parte, la garantía es de 3 años o 100.000 kilómetros. En cuanto a sus rivales, el modelo más cercano es la Renault Duster Oroch, aunque es más pequeña, tiene menos equipamiento y sólo caja manual. También es más barata.
* Diseño exterior
* Calidad general
* Posición de manejo/butacas
* Equipamiento de confort y seguridad
* Equilibrio dinámico ciudad/ruta
* Precio vs. versión diésel
* Prestaciones
* Diámetro de giro
* Consumo en ciudad
* Velocímetro con error
* Sólo una versión naftera
Descargar, acá.
Aceleración 0 a 100 km/h: 14,8 segundos
Velocidad máxima oficial: 176 km/h
Recuperación 80-120 km/h: 11,2 segundos
Frenada 100 km/h-0: 43 metros
Consumo urbano: 13 l/100 km
Consumo a 100 km/h: 6,2 l/100 km
Consumo a 130 km/h: 9,1 l/100 km
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